Título original: Pixote, a lei do mas fraco. País: Brasil. Duración: 127 min. Género: Drama. Fotografía: Rodolfo Sánchez.
Interpretación: Fernando Ramos da Silva, Jorge Guliao, Gilberto Moura.
Heredero del "novo cinema" brasileño, Hector Babenco, cuatro años antes de su desgarradora "El beso de la mujer araña", disecciona el mundo de los jóvenes rateros en las chabolas de Sao Paulo. La película comienza con una introducción que pretende dar un aire de documental al filme. Esta pretensión, junto a la utilización de actores noveles, nos lleva a la sensación de hiperrealismo sobre la cruda situación de estos adolescentes (alguno preadolescentes como Pixote) que luchan por no morir dentro de un reformatorio de menores. Los vínculos de amistad, los abusos sexuales entre ellos, la corrupción de los encargados del centro, la ignorancia y el abandono de las madres, eleva esta cinta a unos límites insospechados de dramatismo y fiereza realista. Rodolfo Sánchez plasma una fotografía fría, distante, sucia, tal y como es la vida de esos chiquillos nacidos entre golpes, pandillas y armas. Sin duda, se nos plantea la ley del más fuerte pero el más poderoso de todos es el policía deseoso de matar a esas criaturas que considera escoria y sin futuro. Muchos de los jóvenes desean no salir porque sus madres así se lo aconsejan ya que al menos tienen manutención. Otros desaparecen de manera sospechosa, hasta que cuatro de ellos deciden huir y conocer mundo.
Hector Babenco no da tregua a esos chicos que en cuanto salen se dedican a hacer hurtos callejeros para poder sobrevivir. El próximo escalafón en ese cosmos de la perdición es la venta de drogas, donde su inocencia les hace pasar una mala jugada, perdiendo a compañeros en el camino. La relación final con una prostituta alcohólica que ejerce de madre les lleva a la separación total y absoluta, donde Pixote, el más débil, se erige como el más fuerte, pistola en mano, mientras en la escena final huye hacia un futuro incierto pero sin duda muy corto.
Una película quirúrgica, directa, sin concesiones, de diálogos llenos de ilusiones muertas antes de materializarse, de malos muy malos y ningún bueno, de solidaridad con la desgracia de esas criaturas abandonadas, de como morir sin importarle a nadie. Simplemente espeluznante.
Puntuación: 9,3