domingo, 19 de agosto de 2012

"SUEÑOS DE JUVENTUD" (1935) de George Stevens


Título original: Alice Adams. País: Estados Unidos. Duración: 99 min. Género: Romántico. Fotografía: Robert de Grasse.
Interpretación: Katherine Hepburn, Fred MacMurray, Fred Stone.

La contemplación de un filme de los años 30 siempre es un placer. Es un cine en el que la cámara, con sus pequeños saltos de raccord incluídos, fluye de una manera elegante y poco compleja, dando todo el potencial cinematográfico a los actores, el guión y la ambientación. Cine clásico, en blanco y negro, con una banda sonora envolvente, con una jovencísima Katherine Hepburn que despuntaba por encima de todos sus compañeros de reparto, llena de vitalidad y belleza. "Sueños de juventud" bebe del cine mudo, sobre todo en los personajes encarnados por sus padres que quizás gesticulan demasiado, aunque no importa, porque el dinamismo de las situaciones, el devenir de las palabras, acompaña esos aspavientos que a medida que avanza la cinta dejan de molestar. La historia es la consabida ascensión social de una jovencita de familia modesta en la clasista Estados Unidos de la depresión. Alice Adams "Hepburn" es una soñadora, arrolladora y feliz adolescente que sueña encontrar a un galán romántico y acomodado. Fred MacMurray protagoniza a ese joven apuesto y paciente que se mueve en la "creme de la creme" de la sociedad, cuando conoce a Alice en un baile al cual ha sido invitada por cuestiones familiares y no sociales. Las encorsetadas damas de sociedad en sus elegantes vestidos de seda parisinos contrastan con la espontaneidad de la joven con su ridículo vestido de organdí y su marchito ramillete de violetas robadas de un parterre. La inocencia de esa relación, los esfuerzos de ella por esconder su baja situación social y las malas lenguas crean una trama interesante, a veces divertida, a veces dramática pero finalmente romántica. Inolvidable la cena a base de sopa y coles de bruselas en plena canícula veraniega a la que es sometido el pretendiente.
Nunca hay que arredrarse ante un filme de años tan pretéritos porque tanta tecnología del siglo XXI está cegando aquellos excelentes guiones y situaciones originales que tenían que inventarse para hacer interesante el cine. Una auténtica joya del cine americano.


Puntuación: 9,6