Título original: All that jazz. País: Estados Unidos. Duración: 123 min. Género: Musical. Fotografía: Giuseppe Rotunno.
Interpretación: Roy Scheider, Jessica Lange, John Lithgow.
"Empieza el espectáculo" en mayúsculas. Este fue el título que se le dio en castellano a esta obra de arte del siempre creativo Bob Fosse y que no deja de ser una biografía a su propia carrera como bailarín y coreógrafo. Ganó cuatro premios de la academia de Hollywood, entre ellos la de mejor dirección artística y la mejor música. Y no es de extrañar que este último galardón fuera el más destacable teniendo en cuenta el magistral inicio con aquel "On Broadway" de George Benson, en el momento del cásting.
Joe Gideon (sublime Roy Scheider) és un afamado coreógrafo adicto a su trabajo. Está preparando un macroespectáculo musical que le ocupa montones de horas y a la vez está montando un filme sobre un conocido cómico. Sobrelleva toda esta actividad entre cigarrillos, mujeres, alcohol, antiácidos,colirios etc para poder mantener vivo su mayor espectáculo: la propia vida. Su condición física va empeorando y a medida que se ve abocado a esa posible muerte empieza a flirtear en una segunda realidad con un bello ángel de la muerte llamado Angelique (esplendorosa Jessica Lange). Una premonición montada en paralelo que llevará al inevitable ataque al corazón del protagonista y una posterior operación a vida o muerte. La lenta recuperación hospitalaria acabará, con el tiempo, en nuevas juergas dentro de su propia habitación hasta que los nuevos excesos le llevarán a la muerte. Una muerte representada en los últimos minutos como un show teatral y televisivo lleno de elementos psicodélicos y ese magnñifico tema "Bye bye love" donde el artista se despide de todos sus amantes, amigos y colaboradores.
Fue una película incomprendida en su época y con el tiempo ha ido ganando fuerza y empaque. Los momentos musicales son excepcionales, sobretodo el momento erótico-festivo de la presentación definitiva del espectáculo ante los productores, de un alto voltaje sensual. Los secundarios como John Lithgow o el de Ann Reinking como ex-mujer y como no, el elenco de bailarines, hace de esta película un conjunto vibrante, un canto a la vida aunque pueda parecer contradictorio, lleno de ternura y de excelentes números musicales. Scheider realiza el mejor papel de su vida quedando en nuestras retinas para siempre ese aire canalla y mujeriego que destilaba en cada uno de los fotogramas. El montaje es trepidante, la fotografía tiene reminiscencias setenteras, el vestuario es contemporáneo e intemporal y así podríamos seguir alabando una obra maestra del celuloide de obligado visionado.
PUNTUACIÓN: 9,3